La preocupante crisis del agua que enfrenta México y otras naciones del mundo, exige la necesidad de un mejor esquema de gobernanza institucional, así como un distinto modelo económico de desarrollo. Sin embargo, también se requiere una nueva cultura hídrica, que sea integral, tenga una visión ciudadana y esté basada en nuestros derechos humanos. Ante la compleja problemática -que puede agravarse en el futuro-, tenemos que complementar a las clásicas recomendaciones para el cuidado del agua, como "báñate en 5 minutos" o "ciérrale a la llave mientras te lavas los dientes". Es por esta razón, que desde el Parlamento Mexicano Juvenil por el Agua, se proponen a continuación diez mantras que nos pueden ayudar a proteger el líquido esencial en nuestro día a día.
1. Cuidamos nuestras cuencas y áreas naturales locales. Además de que estos valiosos ecosistemas nos brindan agua, son hábitat de la biodiversidad, regulan el clima, proveen aire limpio y son un gran espacio para realizar actividades familiares, culturales y deportivas. Participemos en su protección, en jornadas de limpieza y reforestación.
2. Instalamos equipos ahorradores, filtros purificadores y captadores de lluvia. Los grifos y retretes en nuestras casas, empresas e instituciones de gobierno pueden ser más eficientes. Los filtros purificadores ayudan a disminuir el actual y excesivo consumo de agua embotellada. Captar agua pluvial permite cuidar los acuíferos locales. Seguir estas tres recomendaciones nos genera importantes ahorros económicos a mediano plazo.
3. Consumimos menos carnes rojas, así como "alimentos" y bebidas industrializadas. Producirlos requiere enormes volúmenes de agua, y muchos afectan nuestra salud. Mejor, elijamos proteínas vegetales como leguminosas, o carne de ave y huevos. Demos preferencia a alimentos y bebidas naturales, autóctonas y sin empaque, evitando su desperdicio. Comprar a productores pequeños y locales, promueve la economía solidaria.
4. Evitamos el sobreconsumo de tecnología, así como de ropa y productos desechables. Además de utilizar grandes cantidades de agua y químicos tóxicos en su fabricación, se descargan al ambiente distintos residuos contaminantes. Compremos productos de calidad, sostenibles, reutilizables y biodegradables. Visitemos tiendas de segunda mano. Reparemos y reciclemos en vez de desechar. Pensemos antes de comprar ¿lo necesito?
5. Conocemos nuestros Derechos Humanos al Agua y al Saneamiento. Todas las personas tenemos el derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para uso personal y doméstico en forma suficiente, de calidad y a un precio no mayor del 3% de los ingresos de los hogares. Estos derechos son fundamentales para nuestro desarrollo y bienestar.
6. Nos informamos quiénes son las autoridades responsables. ¿Sabes qué hace la CONAGUA, la PROFEPA, el Congreso de la Unión, la COFEPRIS, la CNDH y los Organismos Operadores de Aguas? Estas instituciones son fundamentales para el cuidado del líquido vital y para garantizar nuestros derechos al agua y al saneamiento. Conozcámoslas.
7. Nos involucramos colectivamente en las problemáticas locales. La unión social es clave para la solución democrática de los problemas del agua y saneamiento. Dialoguemos, escuchémonos, organicémonos y actuemos, conociendo nuestros derechos así como las autoridades competentes. Hombres, mujeres, adultos y jóvenes podemos participar.
8. Exigimos transparencia, rendición de cuentas y espacios de participación en las instituciones del agua. De esta forma tendremos un mejor servicio público, combatiremos la corrupción y nos permitirá la garantía de nuestros derechos al agua y al saneamiento. ¿Conoces quienes son las personas responsables de proveer el servicio en tu municipio?, ¿El organismo operador de agua local informa cuánto dinero recauda y cómo lo gasta?
9. Denunciamos ante las autoridades correspondientes. Reportemos la contaminación de ríos, lagunas o playas a la CONAGUA y a la PROFEPA. Acudamos a las Comisiones Estatales de Derechos Humanos si no se respetan y garantizan nuestros derechos humanos. A los Ministerios Públicos denunciemos corrupción de funcionarios locales. En los Organismos Operadores de Agua, reportemos las fugas y tomas clandestinas en las redes públicas.
10. Exigimos propuestas viables a las/los candidatos y resultados a las instituciones. Informarnos sobre nuestros problemas del agua, nos ayudará a ser mejor ciudadanía y a elegir mejores gobiernos. Hagamos valer nuestros derechos a la transparencia, a la participación, a la petición y a la manifestación. En nuestras manos está el futuro del agua y debemos tomar cartas en el asunto en conjunto con las autoridades y empresas.
Si en verdad queremos cuidar el líquido vital, las soluciones no solo están en nuestros hogares, están en todas nuestras elecciones cotidianas así como en las decisiones que toman las distintas instituciones de gobierno. El total de nuestras casas en México solo usa el 14.7% del agua concesionada por la CONAGUA, el resto (más del 80%), es utilizado para producir frutas, verduras, carne, refrescos, bebidas alcohólicas, productos chatarra, vasos desechables, ropa de moda, joyería, celulares, automóviles, hidrocarburos y una larga lista de etcéteras que consumimos como sociedad. Por ende, cambiar el paradigma de nuestra cultura hídrica es clave para lograr un aprovechamiento democrático y sostenible, lo que implica informarnos más, mejorar los hábitos de consumo, participar en colectivo, conocer a las autoridades, exigir nuestros derechos y que se cumpla la ley. La preservación del agua es un asunto público que conlleva co-responsabilidad entre el sector social, empresarial y político. Sin duda, desde hoy podemos ser parte de esta oleada de la nueva cultura del agua, ¿te sumas?
Agradezco inmensamente a Jorge Arriaga de la Red del Agua de la UNAM, a Laura Rodríguez de Mexicanos Unidos contra la Delincuencia, a Mariana Blanco de la Fundación Friedrich Ebert así como a Alberto Alarcón y Juan Alberto Meza por sus aportaciones en el diseño e implementación de la campaña "Los 10 mantras ciudadanos del cuidado del agua". #SumandoOlas